Hace algunos meses el Prado reabrió con la muestra Reencuentro, mostrando en algunas cuantas salas dispuestas para una sola planta, ciertas obras maestras de su acervo. Así, Atalanta e Hipómenes se codearon con el Retrato ecuestre de Carlos V, en una museografía con un guión que hacía referencia directa a los años en los que el museo se instaló públicamente en 1819, con piezas escogidas de la Colección Real. Pero, conforme las salas del museo se abrían de nueva cuenta en consonancia con el avance de las campañas de vacunación, las pinturas de España, Flandes e Italia, también recuperaban su lugar.